Definitivamente me marco para la posteridad ya que estuvo
lleno de pequeñas victorias personales, de romper paradigmas propios y de un
viaje muy largo para mi literal, profesional y emocionalmente.
Gracias a quien me acompaño en ese viaje, ya sea con sus
palabras o su compañía en los buenos momentos, con el apoyo en los momentos difíciles
y con su aliento cuando las cosas se ponían mal.
Al final del día no puedo mas que agradecer a la vida por
ponerme retos enfrente, por hacerme crecer, cuestionar mis propias creencias, motivos… y bendecirme con tantas cosas buenas, nuevos amigos, salud y la
oportunidad de vivir cosas que anhelaba.
A veces para encontrarse, hay que perderse un poco.