Me encanta lo último de roberta marrero, apesar de que sus idolos son quizá un poco cliche, no puedo negar que yo también me siento atraído por lo warholiano y por david bowie, pero en mi caso no es por el sentido ahora comercial que le han dado las masas, sino por lo colorido, extremista y absurdo en que puede presentarse una imagen, para mí es un paladar a mis ojos , cuando veo este tipo de arte sobre cargado, un tanto kitsch.
La saturación visual me recuerda a los retablos mexicanos que siempre quize hacer, cargados de estampitas, imágenes religiosas y un maximalismo-barroco imposible de superar. Quizá algún dia de estos me aventure a mezclar un poco de todo eso que me gusta y me parece visualmente bueno.
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