Trate de evadirlo de muchas maneras, pero el cansancia de mis piernas le gano al de mi entraña, aunado a una panza llena (porfín) . Y comenzé a rascarme detrás de la nuca, pase a mi típico remolinear de nariz, esa cosa que siempre hago. Ahí mismo, sentado, me vi abriendo aquellos cajones inmoviles de años, esa tarde donde decidí sacar todo aquello que escondía bajo la cama y a dejar ese hábito de acumular, ese terrible apego a tantas cosas sin sentido.
Irónicamente el fin de semana se torno poco esperado, ese día tan prolongado para tirar los tenis viejos que tanto me gustaban (y que nunca usaba),para comprarme unos nuevos (que parecen viejos), con el único fin de sentirme nuevo (aunque que me veo absolutamente igual). Y así materializar mis nuevos pasos, mis nuevos ojos.
Y me sente a meditar y me cansé, me canse ...yo que ahora nunca me canso..también por única y por última vez.
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